Relato para niños, niñas (y
adultos) escrito y narrado por el recientemente fallecido José Saramago.
Las cosas pequeñas es
lo que tienen. Pueden parecer insignificantes pero en su ligereza reside una
belleza sin igual. Como en este cortometraje titulado La flor más grande del
mundo y dirigido por Juan Pablo Etcheverry. Una pieza que crece a cada visionado
gracias a un exquisito gusto por el detalle, la imponente narración del
escritor José Saramago y la delicada música compuesta por Emilio Aragón.
Una historia simbólica, mágica, en la que aparece Saramago, ilustrado por João Caetano, hablando de la importancia de las cosas pequeñas y de todo lo que nos rodea, además de reflexionar sobre la infancia y la naturaleza.
DECLARACIÓN DE LOS
DERECHOS DEL NIÑO
A través de esta
declaración, conocida comúnmente como Declaración de Ginebra, hombres y mujeres
de todas las naciones, reconociendo que los niños son lo mejor que la humanidad
tiene, declara y acepta como su deber, más allá de toda consideración de raza,
nacionalidad o credo, que:
- Al niño se le debe dar los medios necesarios para su desarrollo normal, material y espiritual.
- El niño hambriento debe ser alimentado, el niño enfermo debe ser curado, el niño maltratado debe ser protegido, el niño explotado debe ser socorrido, el niño huérfano y abandonado debe ser acogido.
- El niño debe ser el primero en recibir auxilio en caso de un desastre.
- El niño debe tener sustento, y ser protegido contra todo tipo de explotación.
- El niño debe ser llevado a tener conciencia de ser devoto al servicio del hombre.
"Protegedme de
la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no
se inclina ante los niños."
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